Ratas voladoras
No es que me den pena. Hay tantas que incluso me deberían dar rabia. Obviamente, estoy refiriéndome a las malas personas. Ni pena ni rabia, solo compasión. Porque todos, en algún momento, hemos sido ellas. Porque todos hemos comido de la mano de alguien a cambio de un poco de atención. Porque todos, aún sin disponer de alas, hemos sido ratas voladoras.